ESTRADO VIRTUAL de "Leer a los clásicos"
ALUMNOS DE 1º de Bachillerato
ALUMNOS DE 1º de Bachillerato
Andrea Reche
El conde Lucanor
He aquí uno de los cuentos que forman esta maravillosa joya de la
literatura medieval europea: El conde
Lucanor. Para mí, este libro es uno de los clásicos que más me gustan, ya
que está formado por diversas historias muy divertidas y amenas de leer.
Todo comienza en la Castilla
medieval, con un conde llamado Lucanor, el cual lleva una vida ajetreada llena
de problemas, pero por suerte, este conde tiene a su lado a un sabio llamado
Patronio, que le brinda los mejores consejos para evitar el peligro, conservar
los bienes y salvar el alma. Para ello, Patronio orienta a su amo echando mano
de los más distraídos cuentos morales. Su voz nos hace estremecernos con
historias tan asombrosas como las del deán que se convirtió en Papa en una sola
noche, el filósofo que entendía el lenguaje de las aves o el joven que fingió
un asesinato sin más fin que poner a prueba a sus amigos.
He de mencionar, que de este
modo don Juan Manuel realiza el viejo sueño literario de instruir deleitando,
pues pone su arte al servicio de una intención moral: ilustrarnos sobre la
complejidad de las relaciones humanas, ayudarnos a encontrar la verdad por más
que se esconda y enseñarnos a esquivar a tiempo las peligrosas trampas de la
vida.
Lo que sucedió a un ciego que llevaba a otro
En esta ocasión hablaba el Conde
Lucanor con Patronio, su consejero, de esta manera:
-Patronio, un familiar mío, en
quien confío totalmente y de cuyo amor estoy seguro, me aconseja ir a un lugar
que me infunde cierto temor. Mi pariente me insiste y dice que no debo tener
miedo alguno, pues antes perdería él la vida que consentir mi daño. Por eso, os
ruego que me aconsejéis qué debo hacer.
-Señor Conde Lucanor -dijo
Patronio-, para aconsejaros debidamente me gustaría mucho que supierais lo que
le ocurrió a un ciego con otro.
Y el conde le preguntó qué había
ocurrido.
-Señor conde -continuó Patronio-,
un hombre vivía en una ciudad, perdió la vista y quedó ciego. Y estando así,
pobre y ciego, lo visitó otro ciego que vivía en la misma ciudad, y le propuso
ir ambos a otra villa cercana, donde pedirían limosna y tendrían con qué
alimentarse y sustentarse.
»El primer ciego le dijo que el
camino hasta aquella ciudad tenía pozos, barrancos profundos y difíciles
puertos de montaña; y por ello temía hacer aquel camino.
»El otro ciego le dijo que
desechase aquel temor, porque él lo acompañaría y así caminaría seguro. Tanto
le insistió y tantas ventajas le contó del cambio, que el primer ciego lo creyó
y partieron los dos.
»Cuando llegaron a los lugares
más abruptos y peligrosos, cayó en un barranco el ciego que, como conocedor del
camino, llevaba al otro, y también cayó el ciego que sospechó los peligros del
viaje.
»Vos, señor conde, si
justificadamente sentís recelo y la aventura es peligrosa, no corráis ningún
riesgo a pesar de lo que vuestro buen pariente os propone, aunque os diga que
morirá él antes que vos; porque os será de muy poca utilidad su muerte si vos
también corréis el mismo peligro y podéis morir.
El conde pensó que era este un
buen consejo, obró según él y sacó de ello provecho.
Y viendo don Juan que el cuento
era bueno, lo mandó poner en este libro e hizo unos versos que dicen así:
Nunca te metas donde corras peligro
aunque te asista un verdadero amigo.
Andrea Reche Manzano 1º Bach A
Lo que sucedió a un ciego que llevaba a otro
En esta ocasión hablaba el Conde
Lucanor con Patronio, su consejero, de esta manera:
-Patronio, un familiar mío, en
quien confío totalmente y de cuyo amor estoy seguro, me aconseja ir a un lugar
que me infunde cierto temor. Mi pariente me insiste y dice que no debo tener
miedo alguno, pues antes perdería él la vida que consentir mi daño. Por eso, os
ruego que me aconsejéis qué debo hacer.
-Señor Conde Lucanor -dijo
Patronio-, para aconsejaros debidamente me gustaría mucho que supierais lo que
le ocurrió a un ciego con otro.
Y el conde le preguntó qué había
ocurrido.
-Señor conde -continuó Patronio-,
un hombre vivía en una ciudad, perdió la vista y quedó ciego. Y estando así,
pobre y ciego, lo visitó otro ciego que vivía en la misma ciudad, y le propuso
ir ambos a otra villa cercana, donde pedirían limosna y tendrían con qué
alimentarse y sustentarse.
»El primer ciego le dijo que el
camino hasta aquella ciudad tenía pozos, barrancos profundos y difíciles
puertos de montaña; y por ello temía hacer aquel camino.
»El otro ciego le dijo que
desechase aquel temor, porque él lo acompañaría y así caminaría seguro. Tanto
le insistió y tantas ventajas le contó del cambio, que el primer ciego lo creyó
y partieron los dos.
»Cuando llegaron a los lugares
más abruptos y peligrosos, cayó en un barranco el ciego que, como conocedor del
camino, llevaba al otro, y también cayó el ciego que sospechó los peligros del
viaje.
»Vos, señor conde, si
justificadamente sentís recelo y la aventura es peligrosa, no corráis ningún
riesgo a pesar de lo que vuestro buen pariente os propone, aunque os diga que
morirá él antes que vos; porque os será de muy poca utilidad su muerte si vos
también corréis el mismo peligro y podéis morir.
El conde pensó que era este un
buen consejo, obró según él y sacó de ello provecho.
Y viendo don Juan que el cuento
era bueno, lo mandó poner en este libro e hizo unos versos que dicen así:
Nunca te metas donde corras peligro
aunque te asista un verdadero amigo.
aunque te asista un verdadero amigo.
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Ana Belén Torrente
EL VALLE DE LOS LOBOS
El Valle de los lobos es una novela
fantástica escrita por Laura Gallego. Es el primer volumen de una tetralogía denominada Crónicas de la Torre. A esta
primera parte la siguen La maldición del Maestro, La llamada de
los muertos y Fenris, el elfo. Esta novela está llena de intriga y a mucha
gente le ha gustado. Personalmente, de todos los libros que he leído hasta
ahora, es el que más me ha gustado.
En
esta novela se cuenta las vivencias de una niña llamada Dana. Ésta es la
protagonista inicial, una chica que crece a lo largo de la historia, muy tímida,
bella e introvertida. Vive en una granja junto con su familia y un
amigo llamado Kai. El problema es que Kai invisible para todos excepto
para Dana. Sin saber todavía si Kai es real o no, Dana es requerida por el
Maestro, un hombre misterioso, para que acuda con él a su hogar: la Torre, en
el remoto Valle de los Lobos. Cuando llegan, Dana descubre con sorpresa
que la Torre es en realidad una antigua escuela de magia... un poco
extraña, puesto que sólo tiene dos alumnos: la propia Dana y Fenris, un elfo,
enigmático y reservado. Dana empieza a estudiar allí, en la Torre, y
pronto se da cuenta de que hay algún tipo de maldición que pesa sobre el
Valle de los Lobos, relacionado con algo que sucedió en la Torre mucho tiempo
atrás, y que todo el mundo ocultaban secretos: tanto Fenris como el
Maestro tienen un oscuro pasado; Maritta, la enana que trabaja en las
cocinas, es algo más que lo que aparenta; y hasta Kai, el amigo del alma de
Dana, sabe mucho más de lo que dice.
Ana
Belén Torrente, 1º de Bachillerato A
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Eva de Heras:
En esta ocasión hemos tenido la libertad de
comentar cualquier tipo de texto, y por tanto yo he elegido uno de mis favoritos, el teatral, ya que son, en
mi opinión, mucho más simples en contenido que las novelas, por ejemplo, y también
normalmente el vocabulario suele ser más fácil de comprender (por supuesto no
siempre se dan estas condiciones).
He aquí un
fragmento que encontré surfeando en internet llamado ¡Vamos a la playa! de Fabián Choque. A
pesar de que este escritor peruano de 27
años no sea tan conocido como los autores que hemos estudiado en clase, su obra
me ha parecido bastante interesante porque describe prácticamente la situación
en mi familia los días de playa.
(Se abre del telón y aparece toda la
familia corriendo por todo el escenario totalmente apurados)
Doña Lola: ¡Apúrense por favor que ya tenemos que irnos! ¡Ay!
(Sigue corriendo por todo el escenario)
Sabina: (Se pone frente al público toda desesperada. Se
queda en silencio por un momento) ¡No encuentro mi bloqueador! (Se coge la
mejillas) ¡Me voy a quemar la piel!
Timmy: (Poniéndose a su lado, la abraza y le jala de la
mejilla) ¡Gran cosa por este pellejo!
Sabina: (Lo empuja) ¡Cállate, renacuajo! ¡Vete! (Grita
desesperada) ¡¡¡Mamá!!!
Doña Lola: (Va hacia ella) ¡Qué pasa, hija!
Sabina: (La abraza) Mamá, no podré ir.
Doña Lola: (La mira sorprendida) ¡Por qué no, hija! (Se acerca
a ella)
Sabina: (Se coge la cara mientras mira a su mamá) ¡Porque me
malograré el cutis con el sol!
Timmy: (De lejos) ¡Es pellejo!
Sabina: ¡¡¡Mira, ya cállate!!! (Ve a su mamá) ¡Qué hago,
mami! (Apoya la cabeza en su pecho)
Doña Lola: (Le golpea suavemente la cabeza) Ya hijita (Mira a
todos lados como buscando a alguien) Ya, ya, ya (Ve a su esposo) ¡Mira, acá
está tu papá! (Toma su mano y lo jala hacia Sabina) ¡Él sabrá cómo ayudarte!
(Mira a su esposo y le habla en secreto) ¡Ayuda a tu hija, oye! (Se va)
Don Rogelio: (Abrazándola mientras mira a su esposa, molesto y le
habla en secreto) ¿¡Cómo safaz del bulto, no!? (Mira a su hija) ¡A ver, qué
pasa hija!
Como he
dicho antes, describe la situación de una familia de cuatro miembros ultimando
los preparativos para marcharse a la playa. El problema está en que la hija,
Sabina, no encuentra el protector solar y recurre, cómo no, a sus padres. Siguiendo con lo más
frecuente, el hermano hace rabiar a Sabina.
Lo que no
concuerda con mi versión familiar es el papel que llevan a cabo los progenitores: en mi caso, y
supongo que en el de otros más, la madre es una especie de ser omnipotente, la
que sabe dónde se encuentra todo lo que perdemos, la que resuelve nuestros problemas, etc. En resumidas
cuentas, es quien da respuestas a todas nuestras preguntas, por lo que suele
ser la primera a la que acudimos.
Por tanto,
en este modelo de familia que describo, es el padre quien suele dejarle esa responsabilidad
a la madre debido a que no sabe la respuesta o simplemente por otras razones
diversas.
A modo de
conclusión, en las familias cada miembro desempeña un papel distinto al de los
demás y se especializa en hacer ciertas cosas. Es muy difícil abarcar todas las
responsabilidades, pero entre la aportación de todos se consigue el equilibrio,
y, por tanto, el bienestar, de una
familia.
Eva de Heras. 1º de Bachillerato A
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Isabel Liria:
El prisionero
Carcelera,
toma la llave
que salga el preso a la calle.
Que
vean sus ojos los campos
y tras los campos, los mares,
el sol, la luna y el aire.
Que
vean a su dulce amiga,
delgada y descolorida
sin voz, de tanto llamarle.
Que
salga el preso a la calle.
El Prisionero, el poema escrito por Rafael Alberti, un importante escritor español de
la generación del 27, nos muestra la humildad que nos falta en
muchas ocasiones por no dejar el orgullo atrás y aprender a perdonar, porque
toda persona puede equivocarse y tiene el derecho de ser perdonado, y no ser
juzgado por esa equivocación hasta el final de sus días, este es el caso del
protagonista.
que salga el preso a la calle.
y tras los campos, los mares,
el sol, la luna y el aire.
delgada y descolorida
sin voz, de tanto llamarle.
Isabel María Liria.
1º de Bachillerato A
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Alberto Laso:
Regreso al siglo XVII
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Rocío Martínez:
LA CELESTINA
Voy
a hablaros sobre La Celestina, escrito por Fernando de Rojas, aunque
algunos dicen que el ACTO I, pudo ser escrito por Juan de Mena o Rodrigo Cota.
Fernando de Rojas, era una persona de la cual no se sabe mucho acerca de su
vida, pero era uno de los autores más famosos de España y actualmente se le
conoce por esta gran obra la ''Celestina''. Aquí podemos observar un pequeño
fragmento de ella. La Celestina se consideraba algo especial porque unía la nobleza, con el
pueblo y en especial con el mundo de la prostitución. Desde el punto de vista
argumental podemos observar tres temas:
AMOR – MUERTE – CODICIA.
Sempronio: ¿Quién? Lo primero eres hombre y
de claro ingenio. Y más, a quien naura dotó de los mejores bienes que tuvo, conviene
a saber: hermosura, gracia, grandeza de miembros, fuerza, ligereza. Y allende
de esto, fortuna mediamente partió contigo lo suyo en tal cantidad, que los
bienes de dentro con los de fuera resplandecen. [...] y a constelación de todo
eres amado.
Calixto: Pero no de Melibea; y en todo lo que me has
gloriado, Sempronio, sin proporción ni comparación se aventaja Melibea. Miras
la nobleza y la antigüedad de su linaje, el grandísimo patrimonio, el excelentísimo
ingenio, las resplandecientes virtudes, la altitud e inefable gracia, la
soberana hermosa, de la cual te ruego me dejes hablar un poco, porque haya
algún refrigerio. [...].
Comienzo por los cabellos. ¿Ves tú las
madejas de oro delgado, que hilan en Arabia? Más lindos son y no resplandecen
menos. [...] Los ojos verdes rasgados; las pestañas luengas, las cejas delgadas
y alzadas, la nariz mediana; la boca pequeña; los dientes menudos; [...] el
pecho alto; la redondez y forma de las pequeñas tetas, ¿Quién te la podría
figurar? Que se despereza el hombre cuando las mira.
La
lectura de esta obra me ha parecido interesante porque me ha ayudado a hacerme
la idea de cómo era una época tan lejana a nosotros. Además la historia me ha
parecido curiosa porque ahora me he dado cuenta de donde viene la expresión
''hacer de celestina''.
Rocío Martínez Arredondo 1
BACH A
Sempronio: ¿Quién? Lo primero eres hombre y
de claro ingenio. Y más, a quien naura dotó de los mejores bienes que tuvo, conviene
a saber: hermosura, gracia, grandeza de miembros, fuerza, ligereza. Y allende
de esto, fortuna mediamente partió contigo lo suyo en tal cantidad, que los
bienes de dentro con los de fuera resplandecen. [...] y a constelación de todo
eres amado.
Calixto: Pero no de Melibea; y en todo lo que me has gloriado, Sempronio, sin proporción ni comparación se aventaja Melibea. Miras la nobleza y la antigüedad de su linaje, el grandísimo patrimonio, el excelentísimo ingenio, las resplandecientes virtudes, la altitud e inefable gracia, la soberana hermosa, de la cual te ruego me dejes hablar un poco, porque haya algún refrigerio. [...].
Comienzo por los cabellos. ¿Ves tú las
madejas de oro delgado, que hilan en Arabia? Más lindos son y no resplandecen
menos. [...] Los ojos verdes rasgados; las pestañas luengas, las cejas delgadas
y alzadas, la nariz mediana; la boca pequeña; los dientes menudos; [...] el
pecho alto; la redondez y forma de las pequeñas tetas, ¿Quién te la podría
figurar? Que se despereza el hombre cuando las mira.
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Rubén Molina:
EL DIARIO DE ANA FRANK
Voy a hablaros sobre la introducción de este
gran libro escrito por Frances Goodrich y Albert Hackett quienes han preparado
esta magnífica adaptación del diario personal escrito por la judía Annelies
Marie Frank entre el 12 de junio de 1942 y el 1 de agosto de 1944.
“UNA NIÑA ENTRA EN LA HISTORIA”
El 4 de agosto de 1944 irrumpieron en el
edificio Prinsengracht 263 inspectores del SD, el servicio de seguridad alemán,
al mando del sargento Karl Silberbauer. Por lo visto, estaban totalmente al
corriente. Apuntándole con tres pistolas, obligaron a mi colega a que les
enseñara la vivienda oculta y, una vez allí, detuvieron a las dos familias (ocho
personas). También detuvieron a mi compañero de trabajo y a quien suscribe.
Me gusta este fragmento porque es el en el que
se basa toda la historia de esa familia judía durante el Holocausto. Ana
escribía porque quería ser escritora, pero no sabía que estaba escribiendo sus
últimas citas, ya que en aquella época se exterminaron 100.000 de los 140.000
judíos que residían en Holanda. Durante el periodo en el que compuso su diario
permanecían escondidos 25.000, de los cuales sobrevivieron 17.000.
Pienso que esconde muchísimos sentimientos de
aquella niña de 13 años; para muchos ha sido lo más cercano al Holocausto que
han podido ver. El diario fue escrito en “la casa de atrás”
Rubén Molina Molina 1º BACH
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Celia Ferrer:
Qué hacemos con el recuerdo
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Fran García:
No asegura más fortuna el que más guarda
Han llegado los alumnos al ESTRADO VIRTUAL de nuestros clásicos. El primero es Fran García, de 1º de Bachillerato A. Nos trae un texto de la literatura rusa, y la sabiduría de los textos en un cuento. Leamos.
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Recordando
a Tolstoi con la obra que leemos ahora Ana
Karenina, me han venido a la memoria los Cuentos Rusos que leyera de este
hace algún tiempo.
Cada cuento es un pedacito de inocencia
infantil o bien una dosis de aguda ironía, dependiendo esto de en qué manos
caiga, o mejor dicho, de que ojos lo lean.
Pues
bien, siendo estos cuentos tan reducidos, tan cortos y simples, me he atrevido
a coger uno entero, no vaya a ser que por coger únicamente un fragmento dejemos
al pastel sin azúcar y al veneno sin efecto. Leedlo, para ello os dejo con la
duda de “¿Cómo sería la camisa del hombre feliz?”
LA CAMISA DEL HOMBRE FELIZ
En las
lejanas tierras del norte, hace mucho tiempo, vivió un zar que enfermó
gravemente. Reunió a los mejores médicos de todo el imperio, que le aplicaron
todos los remedios que conocían y otros nuevos que inventaron sobre la marcha,
pero lejos de mejorar, el estado del zar parecía cada vez peor. Le hicieron
tomar baños calientes y fríos, ingirió jarabes de eucalipto, menta y plantas
exóticas traídas en caravanas de lejanos países.
Le
aplicaron ungüentos y bálsamos con los ingredientes más insólitos, pero la
salud del zar no mejoraba. Tan desesperado estaba el hombre que prometió la
mitad de lo que poseía a quien fuera capaz de curarle.
El
anuncio se propagó rápidamente, pues las pertenencias del gobernante eran
cuantiosas, y llegaron médicos, magos y curanderos de todas partes del globo
para intentar devolver la salud al zar. Sin embargo fue un trovador quien
pronunció:
—Yo sé
el remedio: la única medicina para vuestros males, Señor. Sólo hay que buscar a
un hombre feliz: vestir su camisa es la cura a vuestra enfermedad.
Partieron
emisarios del zar hacia todos los confines de la tierra, pero encontrar a un
hombre feliz no era tarea fácil: aquel que tenía salud echaba en falta el
dinero, quien lo poseía, carecía de amor, y quien lo tenía se quejaba de los
hijos.
Mas una
tarde, los soldados del zar pasaron junto a una pequeña choza en la que un
hombre descansaba sentado junto a la lumbre de la chimenea:
—¡Qué
bella es la vida! Con el trabajo realizado, una salud de hierro y afectuosos
amigos y familiares ¿qué más podría pedir?
Al
enterarse en palacio de que, por fin, habían encontrado un hombre feliz, se
extendió la alegría. El hijo mayor del zar ordenó inmediatamente:
—Traed
prestamente la camisa de ese hombre. ¡Ofrecedle a cambio lo que pida!
En medio
de una gran algarabía, comenzaron los preparativos para celebrar la inminente
recuperación del gobernante.
Grande
era la impaciencia de la gente por ver volver a los emisarios con la camisa que
curaría a su gobernante, mas, cuando por fin llegaron, traían las manos vacías:
— ¿Dónde
está la camisa del hombre feliz? ¡Es necesario que la vista mi padre!
—Señor
-contestaron apenados los mensajeros-, el hombre feliz no tiene camisa.
Ya
veis, un clásico. “No es más feliz el que más tiene sino el que
menos necesita”. Sí, es recurrente y parece que ya no nos hace efecto, pero eso
no quita su verdad. Además a este viejo refrán
hay que añadirle lo que el Zar pensaría en los auspicios de su muerte “No
asegura más fortuna el que más guarda sino el que más comparte”.
Fran García Cruz,
1º de Bachillerato A
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El dolor que no se acaba
Alba Sánchez González, 1º Bachillerato A, nos habla de un: poema de Machado
Mi poeta preferido es el ilustre Antonio Machado, que fue un poeta español andaluz perteneciente a la generación del 98. Antonio Machado sufrió la terrible perdida de su mujer y a partir de entonces vivió inmerso en sentimientos de tristeza, añoranza, impotencia. Escribió varios poemas que aunque no la nombraban directamente se sabía que estaban relacionados con ella.
SEÑOR, YA ME ARRANCASTE LO QUE YO MÁS QUERÍA
(Antonio Machado) | ||
|
Le habla a
Dios, porque le echa la culpa de la muerte de su amada Leonor. Dice que le
arrebató lo más importante de su vida. Este poema me hace reflexionar sobre la
muerte y la injusta que a veces es la vida. Nadie dijo que vivir fuera fácil,
la vida a lo largo del tiempo nos va poniendo obstáculos que debemos superar,
superando estos obstáculos nos hacemos más fuertes. Pero algunas cosas que
suceden no tienen explicación y te
preguntas ¿qué es lo que has hecho mal? , ¿qué debería cambiar?, ¿ por qué es Dios
tan injusto conmigo? La mayoría de las veces que queremos obtener algo le
pedimos ayuda a Dios al igual que le
echamos las culpas de tantas otras. Al igual que Machado, yo también he perdido a personas
importantes en mi vida, que se han ido de una forma injusta y me he enfurecido
con Dios, reprochándole el por qué no me había ayudado a mí y a mi familiar. En
estos momentos me he replanteado la existencia de Dios pero todas las personas
necesitamos aferrarnos a algo y que no todo acaba cuando morimos.
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